Apuntes de Teatro y Actuación
Ciclo de artículos: Aprendiendo actuación
escritos por F. Barletta
La Técnica del Actor - J. Grotowski (parte 2)
«El arte es una maduración, una evolución, un desvanecimiento que nos permite emerger de la oscuridad a un resplandor de luz.» Jerzy Grotowski
RESUMEN DE LA ENTREVISTA REALIZADA POR DENIS BABLER EN PARÍS, 1967 –PARTE 2-
(D.B): – ¿Qué quiere usted decir cuando habla del “acto total del actor”?
(J.G): – “…Es el acto de mostrarse desnudo, de arrancar la máscara de la vida cotidiana, de exteriorizarse. No a fin de “exhibirse”. Porque eso sería solamente exhibicionismo, me refiero a que “actuar” es un acto solemne y profundo de revelación. El actor debe prepararse para ser absolutamente sincero, es como un paso hacia lo más alto del organismo del actor en el que la conciencia y los instintos estarán unidos”.
(D.B): – En la práctica, entonces, la formación del actor debe adaptarse a cada caso
(J.G): – “Efectivamente. No creo en recetas”.
(D.B): – Sin embargo, no se trata entonces de la formación de los actores sino de la formación de cada actor individual. ¿Qué piensa usted de esto? ¿Los cuestiona y luego…?
(J.G): – “Durante el entrenamiento cada actor trata de buscar sus propias asociaciones, sus variantes personales (recordando cosas, evocando sus necesidades, todo aquello que no es capaz de realizar).”
(D.B): – ¿Entrena usted colectivamente?
(J.G): – El punto de partida del entrenamiento es el mismo para todos. Sin embargo, tomemos como ejemplo los ejercicios físicos. Los elementos de los ejercicios son los mismos para todos, pero cada uno debe llevarlos a cabo de acuerdo con su propia personalidad. El espectador debe advertir las diferencias de acuerdo con las personalidades individuales.
La confianza del actor
El problema principal es darle al actor la posibilidad de trabajar “en seguridad”. Se debe crear una atmósfera, un sistema de trabajo en el que el actor sienta que todo lo que haga será entendido y aceptado. Cuando el actor comprende eso, entonces, se REVELA.”
(D.B): – En la representación que realizaa un acotr, usted habla de “partitura” y no de “papel”. ¿Puede definir exactamente qué significa para usted “la partitura del actor”?
(J.G): – “Por un lado es el personaje de un texto: el texto mecanografiado que se da al actor. También es una concepción particular del carácter del personaje, y con esto caemos de inmediato en un estereotipo. Por ejemplo: Hamlet es un intelectual sin grandeza o, quizá, un revolucionario que quiere cambiarlo todo. Primero el actor tiene su texto, luego es necesario un encuentro. El papel es un instrumento para examinarse a sí mismo, para analizarse y, por lo tanto, para hacer contacto con los demás. Si actor se contenta solamente con explicar su papel, luego de varias representaciones estará actuando mecánicamente, sin sentimiento.
Para evitar esto, el actor como el músico, necesita una partitura. La partitura del músico consta de notas. El tetaro es un encuentro. La partitura del actor consta de los elementos del contacto humano: “dar y tomar”. Hay que tomar otra gente, confrontarla con uno mismo, con la propia experiencia y los pensamientos, y ofrecer una respuesta. En estos contactos humanos, hasta cierta medida íntimos, existe siempre ese elemento de “dar y tomar”. Para llegar a esta partitura existe una colaboración entre el actor y el director.”
(D.B): – Entonces, el actor es LIBRE. ¿Cómo llega el actor, en cada representación, al estado creativo que le permite ejecutar esa partitura sin volverse demasiado rígido y sin que caiga en una discilplina puramente mecánica? (Este es uno de los grandes problemas que destacó Stanislavski.) ¿Cómo puede preservarse la existencia vital de la partitura y la libertad del actor?
(J.G): – “Si durante las representaciones el actor ha establecido la partitura como algo natural, orgánico, y si antes de representar se prepara para hacer su confesión, sin esconder nada, entonces, en cada representación alcanzará la plenitud.
Y algo importante: NO SE DEBE PENSAR EN EL ESPECTADO MIENTRAS SE ACTÚA. Primero, el actor estructura su papel; segundo, la partitura. En ese momento está buscando una especie de pureza (la eliminación de lo superfluo), así como los signos necesarios para su expresión. Si el actor utiliza al espectador como su punto de orientación, entonces el actor se estará ofreciendo para la venta. Sería una especie de prostitución de mal gusto.
(…) El hecho esencial es que el actor no debe actuar para la audiencia, sino para confrontarse con los espectadores, en su presencia. Mejor aún, debe cumplir un acto auténtico frente a los espectadores, un acto de sinceridad y de autenticidad extremo, aunque disciplinado. Debe darse y no retomarse, debe abrirse y no encerrarse en sí mismo, porque eso sería un acto de narcisismo.”
escrito por Fernando Barletta (extraído del libro “Hacia un teatro pobre” Siglo 21 editores)
Apuntes de Teatro y Actuación.
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